Resumen
Casi es instintivo en el hombre invocar el testimonio
de terceros cuando quiere inducir a alguno a que le
preste fé a su palabra, o buscar las atestaciones de
terceros para asegurarse de la verdad que los otros
afirman. Este instinto tiene origen de las sospechas
de que él afirma algo en propio interés puede fácilmente
mentir y viceversa, en presunción de que le rinde homenaje
a la verdad el que no tiene interés en mentir.
El trabajo analiza los antecedentes históricos del falso testimonio, basándose en las generalidades, la violación del merito, y el falso testimonio en el código de 1980.