Meisel Lanner, Roberto2018-02-142018-02-1420129789588715209http://hdl.handle.net/20.500.12442/1729El apego al logos instó al estagirita a pautar la lógica –su derivado natural- como un cálculo de términos que se relacionaban entre sí por el poder de la palabra, y sus proposiciones tenían que ser por ende constantes aunque variables; en cambio los estoicos omitieron esas obstante contenían hipótesis y fijaron las proposiciones conjeturales y disyuntivas, mientras Epicuro, al objetar el carácter formal de tales estipulaciones para atenerse a la realidad de la sensibilidad impuso unos cánones analógicos que debían fijar el esquema válido y cierto que se requería en un momento dado. Más tarde la escuela de Port Royal (1662) se esforzó por hacer inteligible y sencilla la lógica de Aristóteles apelando a Bacon y Descartes a través del arte de pensar y si bien Kant pretendió luego con su lógica trascendental estimular una crítica del conocimiento a través de las categorías del entendimiento y su valor específico para el saber pleno, fue Hegel el que finalmente con su lógica objetiva o del concepto le dio la magnitud requerida para la incorporación plena de la lógica en el complejo de la vida anímica histórica y científica de la sociedad. Por otra parte, la lógica inductiva y la deductiva basada en el esquema de J.S. Mill, o ‘Sistema de lógica’ (1843) se la entendió como una disciplina de la prueba y se sustentó por ello que la inducción y la deducción permitían calcular o explicar los hechos a partir de los métodos de concordancia, diferencia, residuos y variaciones concomitantes desde la acción entrecruzada de la causalidad pues todo efecto tenía un antecedente invariable o desde la acción entretejida de las leyes en los hechos complejos respectivamente. Los autores posteriores –Frege, Russell o Wittgenstein, por ejemplo- se limitaron a darle el toque de modernidad que demandaba esta disciplina, si bien en ámbitos más específicos.spaAnálisis del discursoArgumentación jurídicaDebatesFilosofía del derechoEl discurso lógico y el discurso lógico-jurídicoBook