Diaz Polo, Álvaro Augusto2023-07-282023-07-282000https://hdl.handle.net/20.500.12442/13000La administración del talento humano no es reciente. De hecho, desde que el hombre se organizó en comunidades, surgieron los líderes, los jefes, que debían disponer de los recursos necesarios incluyendo el capital humano, para garantizar la seguridad de la comunidad, en su comienzo, su progreso y el desarrollo. Precisamente por no ser nueva, la administración del talento humano tiene una larga historia, plagada, en algunos pasajes, de experiencias sumamente desagradables, cruentas y que desdicen mucho de la condición humana de sus protagonistas o, más bien de sus gestores. La esclavitud es un ejemplo de cómo el recurso humano ha sido tenido siempre en cuenta para efectos de sacar provecho de él a favor de determinados capitales, de determinados intereses. También es un ejemplo de la administración del recurso humano la guerra, debido a que sus protagonistas, su objeto y sujeto, lo ha constituido siempre el hombre. Con relación al hombre se mide su experiencia en la guerra y los resultados de esta guardan estrecha relación con el grado de daño y destrucción que sufren los bandos en la contienda. Sólo que las guerras se miden por ideales y los ideales son sostenidos por líderes, que poco o nada participan activamente en la guerra. La administración del recurso humano en forma cruenta no se dio únicamente en las guerras o bajo la esclavitud. También se dio en la forma feudal, en la que la esclavitud era más sofisticada y regidas por principios de supuesta lealtad al amo. En la época de la Colonia, la administración del recurso humano cobró especial importancia, bajo formas legales concebidas por la corona española, al crear el Resguardo, la Encomienda y la Mita, forma de esclavitud permitida que, sin embargo, pretendían infundir la falsa imagen de administración justa y de formas de desarrollo social para los aborígenes. Con todos los ejemplos anteriores, se observa cómo el hombre siempre ha estado preocupado por el hombre, pero, sobre todo ha estado pendiente de enriquecerse intelectualmente porque la diferencia entre los hombres no se da únicamente en el plano físico, sino en el plano social, cultural y económico. Esas diferencias son, precisamente, las que inclinan la balanza de la vida individual de cada persona, llevándola a ser servidor o servido.pdfspaAttribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 InternacionalTalento humanoCultura corporativaAdministración de empresasAdministración de personalFundamentos y desafíos en la gestión del talento humanoinfo:eu-repo/semantics/restrictedAccessinfo:eu-repo/semantics/bachelorThesis